1. Respetarás los períodos de mantenimiento sobre todas las cosas. Cambiar el aceite y los filtros de tu coche no es una opción, es una necesidad para él. El lubricante es el encargado de garantizar el buen funcionamiento del motor y conseguir que su vida útil aumente, por eso es tan importante cambiarlo a tiempo y que no pierda sus propiedades.
2. No pisarás el embrague en vano. (Tu bolsillo también lo agradecerá). Pisarlo solo cuando vayamos a cambiar de marcha, ni antes ni después. No dejar nunca el pie apoyado en el pedal en vez de en el reposapiés (una costumbre bastante extendida entre los conductores). Pisarlo a fondo pero no soltarlo demasiado rápido, ya que genera fricciones innecesarias que lo desgastan. En las paradas dejaremos el coche en punto muerto y no con el pedal del embrague pisado. Por último, debemos aprender cual es el “punto de embrague” de nuestro vehículo para evitar quemarlo en cuestas pronunciadas.
3. Santificarás el turbo y lo dejarás descansar. Otra de las averías más caras que puede sucederle a nuestro coche es fácilmente evitable con un sencillo gesto: no parar el motor inmediatamente al llegar a nuestro destino, debemos esperar entre 30 segundos y 1 minuto para que el turbo repose y la temperatura de la turbina baje.
4. Honrarás a tu motor revolucionándolo lo suficiente. Tan malo es llevar el motor demasiado revolucionado como siempre bajo de vueltas. No alcanzar un régimen adecuado contribuye a la acumulación de depósitos de carbonilla. Por eso, se recomienda “dar una alegría” al motor realizando periódicamente un tramo de carretera a un régimen alto y una velocidad mantenida que garantice una alta temperatura en los gases de escape.
5. No abusarás de los frenos. No siempre es necesario el uso del freno para reducir la velocidad. Uno de los grandes aliados para alargar la vida de tus pastillas, discos y líquido de frenos es, sin duda, el freno motor. Es decir, reducir las marchas para contener la velocidad de nuestro coche. También es recomendable una conducción anticipativa para evitar tener que frenar bruscamente, una de las conductas que más perjudican a nuestros frenos.
6. No apurarás el depósito de combustible hasta la reserva. Ya que cuando apuramos el depósito hasta la última gota corremos el riesgo de que se formen burbujas de aire que impidan su correcta refrigeración, además de absorber sedimentos que se van formando en el depósito y que pueden provocar averías.
7. No revolucionarás en exceso el motor en frío. Debemos conducir con suavidad los primeros minutos para asegurarnos de que el motor llega a la temperatura de servicio y el aceite puede lubricar con normalidad.
8. No harás un mal uso de la caja de cambios. Esa sensación de meter una marcha más y sentir que tu coche pierde velocidad o fuerza está acabando silenciosamente con la vida de su caja de cambios. También la costumbre de llevar la mano apoyada en el pomo de la palanca. Por ti, por él ¡No lo hagas!
9. No maltratarás tus neumáticos ni descuidarás el control de las presiones. Las presiones bajas provocan un desgaste irregular en las ruedas, es peligroso y aumenta el consumo de combustible. Debemos mirarlas, al menos, una vez al mes. Evitar los bordillos y el roce de nuestros neumáticos con cualquier elemento externo también alargará la vida de nuestras cubiertas.
10. No pasarás a demasiada velocidad los resaltos. Ya que estamos sometiendo a nuestros neumáticos, chasis y amortiguadores a un esfuerzo innecesario. No seguir esta advertencia nos puede llevar a tener problemas en los componentes de la suspensión.
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Manolo (jueves, 08 octubre 2020 13:49)
Lo apruebo